Esto lo escribí en noviembre del año pasado, cuando iba a cumplir mis 22 añetes respirando en el planeta tierra...
Hoy venía en mi (no tan) querido 45 y lo recordé. No sé bien por qué (tampoco es que me lo puse a pensar), pero me acordé y lo quiero dejar acá tatuado.
Resulta que estaba charlando con mi mamá, y como siempre a los gritos, tan característico en mí, le dije: -¿máaa, viste que tu hijita va a cumplir 22 años?-,
-si danielita, si-… (a veces siento que me dice todo que sí porque soy insoportablemente insistente y monotemática)
-¿22 años para qué? ¿qué hice? NAAAAAADA!-.
Mi mamá se enojó mucho y me dijo: -¿cómo nada? Andá a sentarte y escribí todas las cosas que lograste y que aprendiste en estos 22 años-…
Esta es mi lista que anoté en mi cuaderno lilavioleta (cuadernodevida)…
- En 22 años fui al jardín, fui abanderada en preescolar, hice toda la primaria con muy buenas notas, fui abanderada por mejor compañera... hice toda la secundaria con más ¨zafé¨ que estudio, me egresé, elegí una carrera torcida, me la dí contra el muro y después encontré lo que realmente amo y de lo que quiero vivir, llegué hasta 3º año y con pocas materias y mucho esfuerzo y dedicación voy a recibirme pronto de Licenciada (la tecnicatura llegó, sí señores!)…
- Aprendí que es más fácil (y más factible) sentarse a estudiar con tiempo, que quedarse toda la noche anterior despierto. Aprendí que es más lindo estudiar acompañado, y mucho más hermoso es estudiar lo que a uno lo hace feliz.
- Después de 22 años, entendí que mi papá SIEMPRE tenía razón. Que aunque yo no quisiera ver las cosas, el me las decía porque ¨más sabe el diablo por viejo que por diablo¨. Y aseguro que en cada momento de mi vida confirmo que esto es verdad.
- Aprendí que por más que llore, grite y putee las cosas no cambian. Sólo yo trazo mi camino y elijo como llevar a cabo el recorrido.
- En 22 años pude forjar vínculos irrompibles con personas que puedo llamar AMIGOS (con mayúscula, en negrita y tamaño extra large).
- Aprendí que yo elijo esconderme o enfrentar las cosas. Aprendí a estar orgullosa de mí. Aprendí a aceptarme y quererme con todos mis defectos. Aprendí que sólo por ser como soy la gente me quiere.
- Después de 22 años, entiendo que mi fobia a las tortugas se debe a que es una representación de mi persona, pero que el entenderlo no me hace dejar ese pánico de lado.
- Aprendí a amar con todo mi corazón y a llorar con toda mi alma. Aprendí que lo que se pierde, no se recupera. Aprendí a valorar cada sonrisa o abrazo. Aprendí que si me esfuerzo mucho, lo puedo lograr.
- De 22 años, puedo decir que el 95% de mis días fueron alegres y felices. Que los días tristes, tuvieron su cuota de alegría. Que esos mismos días tristes, me hicieron fuerte para enfrentar lo que viene.
- Después de 22 años aprendí que somos puntos en el espacio, que nuestro cuerpo es un envase, que cada uno elige con qué y hasta dónde llenarlo, que lo único que quedan son los recuerdos… que recordar con una lágrima dulce es como recordar con una sonrisa.
- Después de 22 años, aprendí que a veces tengo que cerrar la boca porque hablar de más hace que lastime a gente que quiero.
- Aprendí que todas las veces que pueda tengo que abrazar y besar a los míos.
- Aprendí que no tengo que mentir, que soy muy mala actuando y que enseguida me río y se va la mentira al carajo (y más cuando la persona a la que le miento me conoce mucho!)
- Aprendí a ser un poco desordenada pero prolija, aprendí a bailar, a cantar y a tocar la guitarra. Aprendí inglés y portugués. Aprendí mucha geografía y mucho sistema de reservas. Aprendí a decir lo que siento. Aprendí que si me emborracho me voy a sentir muy mal al día siguiente. Aprendí que si como no me va a entrar el jean, y que si no me entra el jean voy a llorar, y que si lloro voy a desperdiciar un momento de risa… entonces, mejor hacer las cosas bien (o al menos intentarlo)
- En 22 años, aprendí a leer, a nadar, a cebar mate y a cocinar rico. Aprendí a hacer cortinitas, a dibujar aunque no me salga tan lindo, a pintar y a coser.
- Aprendí que pueden cambiar algunos pensamientos, la ropa y el peinado… pero que las ideas y la forma de pensar es siempre la misma. Aprendí que no soy la misma observadora que a los 12, ni a los 15, ni a los 17… pero que la esencia sigue intacta.
- Aprendí que mi viejo tenía razón cuando decía que SIEMPRE se da sin esperar recibir nada a cambio, que sólo así se puede dormir tranquilo y mirar a la gente a los ojos.
- Aprendí que hay que escuchar la opinión de los otros. Aprendí que a veces hay que pedir consejos. Que a veces hay que pedir ayuda. Aprendí que no soy autosuficiente como creí en algún momento.
- En 22 años aprendí que hay un montón de cosas simples que me hacen muy feliz. Aprendí que nunca es tarde. Aprendí a buscar de nuevo por los lugares que ¨ya me había fijado¨… porque no me había fijado muy bien y estaba ahí lo que buscaba.
- Aprendí que hay que ser generoso, que la vida devuelve, que es muy importante decir gracias y pedir perdón.
En estos 22 años, entendí que hice mucho más de lo que creí haber hecho… pero que simplemente a veces me lo olvido.
Creo que ya descubrí el por qué me acordé de este texto...
Cada cual tiene un trip en el bocho ... acá va el mío. Soy una persona común (o no tanto), contando su vida (o la construcción de la misma)...
[...] - El Mundo es eso -reveló- un montón de gente, un mar de fueguitos. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tanta pasión que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.
septiembre 24, 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
E L L A
... Ella sufre en alguna parte. Siempre ha sufrido. Es muy alegre, adora el amarillo, su pájaro es un mirlo, su hora la noche, su puente el Pont des Arts ...
Muy lindo... y mucho aprendido para tener 22, hay gente que ni en toda una vida aprende ciertas cosas.
ResponderEliminar